Los cuidados deben ser simples, sin invertir grandes cantidades de dinero en cremas de dudosa eficacia. El mejor cuidado para una piel joven consiste en una buena crema hidratante de noche, y en un fotoprotector por las mañanas. Se ha demostrado que una correcta fotoprotección es clave para mantener una piel joven mucho más tiempo y para prevenir la aparición de manchas y arrugas a edades cada vez más tempranas.

Si tienes piel grasa asegúrate de que la crema hidratante, el fotoprotector y los maquillajes sean "oil free" o no comedongénicos, y preferiblemente de farmacia (desconfía del "oil free" de las marcas comerciales, ya que suelen ser mucho peores). A pesar de eso, no abuses de los maquillajes, ya que aunque sean para piel grasa, tienen un efecto oclusivo que empeora los problemas de acné.

Como ya hemos comentado van encaminados a corregir problemas específicos (manchas, cicatrices de acné, depilación, exceso de sudoración, etc), o a intentar mejorar algún aspecto concreto de nuestra anatomía (rinomodelación, perfilado de labios...)

Dado que en esta edad empiezan a aparecer algunos problemas específicos relacionados con el envejecimiento, es necesario comenzar a cuidar nuestra piel de forma algo más intensiva. En concreto, seguiremos recomendando una buena crema hidratante y un fotoprotector por las mañanas, pero comenzaremos a usar por la noche cremas que contengan retinol, ácido glicólico o, idealmente, ácido retinoico. Con ello conseguiremos retrasar la pérdida de colágeno y mejorar la textura de nuestra piel.

Aunque seguimos contando con tratamientos para mejorar alguna parte concreta de nuestra anatomía o corregir algún problema específico, es importante también comenzar a tratar los signos del envejecimiento para que no se vayan acentuando con los años. El mejor tratamiento comienza con la prevención y con una actuación precoz.

A esta edad y sobre todo tras la menopausia en las mujeres, es habitual que la piel comience a perder elasticidad e hidratación, lo cual acentúa la flacidez en determinadas áreas. Es por eso que, además del fotoprotector, obligatorio para atenuar el efecto del sol acumulado en la piel, es necesario contar con cremas nutritivas específicas para piel madura, que habitualmente tienen mayor poder de hidratación. Por la noches, lo ideal es utilizar fórmulas dermatológicas con ácido retinoico a concentraciones crecientes, ya que ha demostrado ser la molécula más activa contra el envejecimiento cutáneo.

A esta edad los tratamientos van encaminados a atenuar de forma natural y elegante los signos  del envejecimiento, actuando sobre problemas específicos, y sobre todo si no hemos actuado precozmente para prevenirlos. El envejecimiento cutáneo se produce habitualmente a dos niveles:

- Un plano superficial, con aparición de manchas, arrugas finas, vasos rotos... que se trata con tratamientos que mejoran la textura y la apariencia de la piel, como la luz pulsada, la mesoterapia, o los peelings.

- Un plano profundo, con aparición de flacidez, arrugas de expresión, pérdida de volumen... que se tratan habitualmente con inyectables: toxina botulínica para arrugas de expresión, ácido hialurónico para arrugas por pérdida de volumen, y rellenos para combatir la flacidez y conseguir un efecto lifting sin cirugía.