Cómo afecta el sueño a nuestra piel
Hoy os traemos un nuevo consejo para que vuestra piel permanezca sana y bonita que por lo general resulta muy fácil de practicar y que os va a gustar mucho: ¡Dormir! En efecto, dormir bien es uno de los trucos de belleza por excelencia.
¿Por qué?
Porque mientras dormimos nuestro organismo se regenera y elimina toxinas lo que ayuda a que nuestra piel, cabello y uñas estén más saludables. Al respirar de manera más lenta y profunda la piel se oxigena con más rapidez. Las 3 o 4 primeras horas son las más importantes, ya que es el momento en el que se produce la segregación de la hormona del crecimiento, la cual también es responsable de la regeneración celular.
De ahí que cuando dormimos poco o mal nuestro aspecto es desfavorable, debido a que aparecen ojeras y la piel se torna opaca y grisácea. Las personas con insomnio o que suelen trasnochar tienden a sufrir un envejecimiento prematuro.
La duración ideal del sueño oscila entre 7 y 9 horas. Es aconsejable que le preceda una cena ligera y que desconectemos de todo lo que tenga que ver con el trabajo o que pueda estresarnos (televisión, móvil, ordenador, etc.) al menos una hora antes de acostarnos.
También es muy importante no olvidar nunca retirar el maquillaje antes de irnos a dormir, así como realizar una limpieza facial adecuada para que la piel quede preparada para descansar. En invierno o en climas muy secos, puede ser útil el uso de humidificadores para mantener nuestra piel hidratada.
Mejor por la noche que por el día
Además, hay que tener en cuenta que nuestro cerebro está programado para dormir por la noche y estar despierto por el día, por lo que lógicamente es más beneficioso dormir por la noche que por el día. Esto es así porque hay hormonas como la melatonina que solo se producen durante la noche.
Por lo tanto, si queréis amanecer radiantes y luminosas como la bella durmiente seguid estos sencillos consejos.
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